Quickribbon Ojo de Luz: Hay que calentar la casa
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Bienaventurado el hombre (Salmo 1)


Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni
asiste a sus mítines
ni se sienta a la mesa con los gánsters
ni con los Generales en el Consejo de Guerra
Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano
ni delata a su compañero de colegio
Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales
ni escucha sus radios
ni cree en sus slogans

Será como un árbol plantado junto a una fuente.



ERNESTO CARDENAL

sábado, 8 de marzo de 2008

Hay que calentar la casa


Hay que calentar la casa
desde el patio hasta el último rincón
para no dejar la sensación de vacío.

Los cuerpos que la habitan siempre esperan la intención del regreso
la sonrisa perenne
la contemplación en el espejo de una imagen reposando en la cama
el paladeo del asombro ante la otra mitad de la luna
mientras se desangra lentamente la llave del baño.

Hay que calentar la casa
no una, ni dos, ni otras más
no para detener el tiempo
hay que calentar la casa para sentir la fuerza simple de la existencia.

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