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Bienaventurado el hombre (Salmo 1)


Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni
asiste a sus mítines
ni se sienta a la mesa con los gánsters
ni con los Generales en el Consejo de Guerra
Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano
ni delata a su compañero de colegio
Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales
ni escucha sus radios
ni cree en sus slogans

Será como un árbol plantado junto a una fuente.



ERNESTO CARDENAL

viernes, 9 de mayo de 2008

La independencia hecha voz: Gian Franco Pagliaro


En un mundo mas caótico, desgastado y en muchos casos sin rumbo, en un mundo donde los artilugios de comunicacion virtual como los blogs permiten difundir, promover, compartir y en muchos casos a reconocer y aprender las otras variantes de la cultura, la música y la poesía.Este es un ejemplo evidente Gian Franco Pagliaro. Cantautor, música, poeta y trovador de los mejores. para quienes lo conocen o lo lan escuchado aquí esta y para los que no lo conocen y quieren disfrutar de una presencia vital , contundente y poética ahí se los dejo.

DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA

Autor: Gian Franco Pagliaro


Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo defender su sobrevivencia y decide romper con los abusos políticos, con los engaños, la miseria, la desocupación y la exclusión de cualquier forma de vida digna y tomar entre los pueblos de la tierra el lugar que le corresponde y que las leyes de la naturaleza y el Dios de esa misma naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la humanidad exige que aclare y declare las causas que lo impulsan a tomar tan importante decisión.

Nosotros, representantes del pueblo, sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados a través de sus votos; que cuando cualquier forma de gobierno, ideología, avasalle y destruya estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla o cambiarla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad. La prudencia, claro está, aconsejará que no se cambie por motivos leves y transitorios gobiernos establecidos; y en efecto, toda la experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a padecer, mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia con sus propias manos aboliendo las formas a que está acostumbrada.

Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto o a un destino de sufrimiento e injusticia social intolerable es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad que le garanticen una vida digna.so aprender.

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