Asumir compromisos profesionales exige responsabilidad, talento y pasión, pero también implica conflictos éticos y morales que deben saberse manejar en momentos críticos, sobre todo cuando se enfrenta a la muerte de los demás. Un gran reto, no hay duda, pero esto nos vuelve mas humanos. He aqui un ejemplo de esa dualidad.
Bienaventurado el hombre (Salmo 1)
Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni |
ERNESTO CARDENAL |
miércoles, 3 de febrero de 2010
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