En un mundo signado por la violencia y la infamia, en un mundo donde los intereses individuales prevalecen sobre los colectivos, donde la desaforada sociedad de mercado nos obliga a consumir de manera impulsiva y grotesca. Un mundo donde sobreviven los más fuertes (pura selección artificial). Un mundo donde sistemáticamente la hambruna en los países africanos es pan nuestro de todos los días. Un mundo donde las posiblidades climáticas están subvertidas gracias a la desidia y a la sinrazón política de los poderosos, en este mundo caótico y fébril nacen las futuras generaciones de niños y niñas, que al pasar de los años y convertidos en hombres y mujeres tratarán, si los dejan, en transformar su espacio vital en algo acogedor y más tranquilo. Son ellos y nadie mas los generadores del cambio. Sin embargo, en ese tránsito, es posible que muchos desfallezcan en el intento, porque pueden más los poderes artificiosos que la misma sociedad alimenta. Por lo tanto y como lo dijera el gran cineasta mejicano Arturo Ripstein, en un mundo así hay que persistir sin esperanza. Se los dejo de tarea y Feliz Navidad para todos.
Bienaventurado el hombre (Salmo 1)
Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni |
ERNESTO CARDENAL |
martes, 11 de diciembre de 2007
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